México
Documento de aporte – Seminario de México: “Crecimiento inclusivo y trabajo decente”

1. En la economía global, la integración y la exclusión están estrechamente vinculadas. En el pasado reciente las desigualdades sociales han ido en aumento, tanto entre países y regiones como en el seno de las sociedades individuales. Mientras “la tierra plana” (Thomas Friedman) ahora abarca Shanghái, Johannesburgo, São Paulo y Bangalore, también se ha extendido el “planeta de ciudades miseria” (Mike Davis), en el que regiones y sectores enteros de la sociedad no se benefician en absoluto de los avances de prosperidad. La crisis global ha reforzado esta evolución en los últimos años. La mayoría de las sociedades aún no ha superado las consecuencias de la crisis, mientras que las tensiones sociales están agravándose en todo el mundo. Una de las tareas clave del futuro será el desarrollo y la implementación de políticas capaces de reducir las desigualdades sociales y las enormes diferencias entre ricos y pobres, no solo con respecto a los ingresos y el bienestar, sino también a las diferentes dimensiones del trabajo y la vida en general.

2. Los desafíos en el mundo laboral global son enormes. El desempleo está aumentando en todo el mundo, con un desempleo juvenil del 40 por ciento; los mercados laborales sufren deficiencias constantes, como, por ejemplo, el gran porcentaje de trabajadores informales, sobre todo en los países en vías de desarrollo; el aumento del desempleo de larga duración en los países industrializados; y los 400 millones de personas que ganan tan poco que siguen viviendo en pobreza extrema a pesar de estar trabajando. Tres cuartas partes de la población mundial no tienen protección social. Existe una violación masiva de los derechos de trabajadores y sindicalistas que incluye la amenaza, la persecución y el asesinato de los miembros de los sindicatos. La brecha social entre las sociedades y dentro de ellas es cada vez mayor y constituye un caldo de cultivo para innumerables conflictos. Para tener éxito en la lucha contra el cambio climático, un factor determinante será la pregunta de cómo se podrá lograr la transición hacia sistemas económicos sostenibles con un mayor nivel de justicia social en las próximas décadas. Finalmente se plantea la cuestión de cómo se pueden defender y reivindicar enfoques alternativos frente al poder de los grandes consorcios, la competencia entre diferentes lugares geográficos de producción y la represión estatal.

3. Pleno empleo y trabajo decente para todos y todas son elementos fundamentales para el desarrollo económico y social. Mediante la creación de puestos de trabajo y la mejora de las condiciones laborales las personas y, por ende, las comunidades y los Estados, podrán liberarse de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida. Precisamente en el contexto de una agenda global, el pleno empleo y el trabajo decente son elementos primordiales para una mayor sostenibilidad económica y social, ya que se trata de un desafío constante y que se repite en todos los países, ya sean emergentes, en vías de desarrollo o industrializados.

4. En muchos países la lucha contra la pobreza no se puede mantener sin crecimiento continuo. Sin embargo, las meras cifras sobre el crecimiento dicen poco acerca de su impacto. En muchos países del mundo el crecimiento económico no va acompañado de un mayor bienestar material para la gran mayoría de la población. En estos países, el crecimiento sin empleo no es la excepción sino más bien la regla. Altas tasas de crecimiento no han conducido a más puestos de trabajo, sino que las desigualdades existentes se han agravado, aumentando de esta manera la exclusión social. Luego están los trabajadores pobres que a pesar de tener trabajo sufren pobreza, trabajan y viven en malas condiciones y, a menudo, se ven excluidos de cualquier protección social.

5. En la mayoría de los países las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) crean la mayor parte de los puestos de trabajo. En muchos países en desarrollo el 90% de las MIPYMES tienen menos de diez trabajadores, cuya mayoría trabaja en
condiciones informales, sin ser registrados, sin reconocimiento legal de sus derechos como trabajadores y sin protección social.

6. La agricultura sigue siendo el sector económico clave en muchos países en desarrollo y tiene importancia esencial para la seguridad alimentaria. Alrededor del 70% de los pobres en el mundo vive en zonas rurales y depende parcial o totalmente de la agricultura. Sin embargo, en los últimos decenios el sector agrícola se ha visto relegado a un segundo plano tanto en la política de los gobiernos de los países afectados como por parte de los donantes. El crecimiento en la agricultura es dos veces más eficiente a la hora de luchar contra la pobreza que el crecimiento en otros sectores.

7. La agricultura sigue siendo el sector económico clave en muchos países en desarrollo y tiene importancia esencial para la seguridad alimentaria. Alrededor del 70% de los pobres en el mundo vive en zonas rurales y depende parcial o totalmente
de la agricultura. Sin embargo, en los últimos decenios el sector agrícola se ha visto relegado a un segundo plano tanto en la política de los gobiernos de los países afectados como por parte de los donantes. El crecimiento en la agricultura es dos veces más eficiente a la hora de luchar contra la pobreza que el crecimiento en otros sectores.

 

¿Qué medidas podemos tomar?

8. Una agenda de trabajo decente a favor de un crecimiento inclusivo abarca lo siguiente:
a) poner el empleo y el trabajo decente en el enfoque de las estrategias de crecimiento y desarrollo;
b) perseguir el objetivo de pleno empleo para todos y todas, prestando especial atención a las mujeres y los jóvenes;
c) mejorar el entorno para la creación de pequeñas y medianas empresas,
d) promover el desarrollo rural;
e) concentrarse en la calidad del trabajo y las condiciones de vida;
f) asegurar que el trabajo decente y el crecimiento inclusivo se conviertan en elementos constantes de la agenda internacional.

9. Las crisis ofrecen posibilidades para ajustar las políticas de desarrollo. No existe un enfoque único o uniforme, ya que la situación y las condiciones varían mucho de un país a otro. En el futuro, una política de crecimiento cualitativo deberá tener en cuenta dos áreas fundamentales: un crecimiento ecológico sostenible centrado en un desarrollo con bajas emisiones de dióxido de carbono y un crecimiento social sostenible que sirva para crear puestos de trabajo.

10. Sin políticas macroeconómicas el crecimiento no podrá emplearse de manera óptima en la lucha contra el desempleo y para crear puestos de trabajo de calidad. El objetivo de crear empleo de calidad debe estar más estrechamente integrado en el marco estratégico macroeconómico. Esto a menudo engloba un cambio de la política de austeridad hacia una estrategia general de fomento de las inversiones privadas y públicas para crear puestos de trabajo.

11. En muchos países la producción y la exportación están enfocadas principalmente a productos primarios y materias primas. Hoy en día, por ejemplo, los productos primarios y productos industriales basados en el consumo de recursos naturales suponen el 85% de las exportaciones de Latinoamérica a China. Además de las malas condiciones de trabajo que existen en estos sectores, este modelo económico también conlleva conflictos por la tierra y una paulatina desindustrialización, aumentando aún más la presión sobre los sueldos y los derechos de los trabajadores. Las medidas para garantizar la redistribución, proteger legalmente a trabajadores, campesinos y población indígena, asegurar un equilibrio justo de los intereses y reestructurar el modelo económico a medio plazo son factores clave de un crecimiento inclusivo.

12. Las estrategias políticas deben fundamentarse en datos sólidos que faciliten cifras diferenciadas sobre la pobreza, el empleo y la desigualdad. La “revolución de los datos” proclamada en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un punto de partida para mejorar la captura de datos estadísticos sobre la economía y el empleo precisamente también en los países en desarrollo.

13. El crecimiento inclusivo requiere políticas amplias para el mercado laboral que abarquen el marco jurídico de trabajo decente hasta las medidas de formación y capacitación profesionales. Esto es sobre todo válido para el sector de trabajo informal, en el cual trabaja la mayor parte de los empleados en los países en desarrollo. Las medidas a tomar son una mejor regulación, la introducción y la subida del salario mínimo, la formalización de los puestos de trabajo, la mejora de las normas de salud y de protección en el lugar de trabajo, así como la implementación de una protección social básica.

14. Las estrategias de crecimiento inclusivo deben ser diferenciadas. Para los grupos especialmente afectados por el empleo precario, la pobreza y el desempleo se requieren soluciones especiales. Esto se refiere tanto a las mujeres como a los jóvenes, que son los que primero y durante más tiempo sufren las consecuencias de
las crisis económicas. En los programas decrecimiento inclusivo a nivel nacional este factor debe tenerse en cuenta en las estrategias de desarrollo, al igual que una mayor participación de jóvenes y mujeres en la formulación de políticas y una política de igualdad de género en todos los ámbitos sociales.

15. El trabajo decente también incluye sueldos justos y económicamente apropiados. Los países industrializados deben comprometerse a abstenerse en el futuro de una política de “empobrecer al vecino” (beggar my neighbour) en forma de dumping salarial bajo el pretexto de la competitividad internacional, sea por motivos de la economía general o global o por motivos de distribución. Manteniendo la autonomía de las contrapartes en los convenios colectivos y utilizando el diálogo social entre empresarios y trabajadores, así como los instrumentos de control que difieren de país en país, los gobiernos deben hacer todos los esfuerzos posibles para que los salarios de sus países no evolucionen en detrimento de los trabajadores y trabajadoras.

16. La participación de los sindicatos y el fortalecimiento del diálogo social son imprescindibles para un crecimiento inclusivo. Esto solamente puede funcionar si las representaciones de los trabajadores y los sindicatos son fuertes y pueden trabajar libremente.