Chile
Descargue la declaración: APLA 50 años golpe Chile
Hace ya 50 años, un 11 de septiembre de 1973, las fuerzas armadas chilenas atacaron el Palacio Presidencial de La Moneda en Santiago para destituir al legítimo gobierno democrático, y ante el ataque el entonces Presidente Salvador Allende decidió suicidarse.
Allende había sido electo en el segundo turno de las elecciones de 1970 representando a la Unidad Popular (fuerza política integrada por el Partido Socialista y el Partido Comunista).
Desde esa fecha, y hasta 1988, una terrible y sangrienta dictadura aterrorizó al país, torturando y asesinando a los opositores políticos no sólo en Chile, sino también en diversas ciudades del mundo (Washington y Buenos Aires entre otras).
Bajo la dictadura militar Chile se convirtió en el laboratorio neoliberal regional de Milton Friedman y los Chicago boys quienes idearon el plan económico del dictador, provocando una fractura social profunda y cristalizando las desigualdades.
La respuesta progresista fue expresada por una gran ola de movimiento de solidaridad internacional y, como tal, la conmemoración de los 50 años es de importancia mundial para nuestra familia política.
El llamado de hoy es “Nunca más” en un momento en que la extrema derecha está ganando en la opinión pública, las encuestas y las elecciones.
En Chile la derecha política está tratando de revisar los hechos históricos y ganar hegemonía en la interpretación de lo sucedido poniendo la responsabilidad en el gobierno de Allende y pretendiendo justificar que el golpe militar fue para evitar un golpe comunista y contra su mala gestión.
Desprecian y descuidan a las víctimas, la violación de los derechos humanos y cívicos, y las miles de personas que siguen aún desaparecidas.
En este contexto, los partidos progresistas, los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil estamos unidos para oponernos a este muro de mentiras y defender la memoria histórica. Salvador Allende está hoy más presente que nunca en los corazones y mentes de muchos chilenos de todas las generaciones.
Para nosotros su legado, marcado por la construcción de una vía democrática y pacífica al socialismo, el programa de gobierno socialdemócrata y la unificación de la izquierda dentro de la Unidad Popular, está más vigente que nunca.
En el actual contexto histórico, debemos aprender las lecciones que nos dejó ese proceso. Vivimos en un momento en que sólo el 20% de la población mundial vive en democracias, y éstas se encuentran amenazadas. Momentos en que los golpes militares han regresado y la amenaza al Estado de derecho y las libertades son cotidianas en países como Nicaragua, Burkina Faso, Niger, El Salvador o Guatemala (país en el cual se ha puesto en duda la legitimidad del triunfo progresista), y cuando la centro derecha prefiere el apoyo de las derechas extremas para gobernar, como en Finlandia, Suecia o el reciente intento en España.
Por lo tanto, estos 50 años son más que una simple conmemoración. Se trata de recordar y hacer memoria para defender la democracia, unir a la familia progresista y demócrata, y poner lo social en primer lugar. En síntesis, se trata del poder de la solidaridad internacional.
